top of page

Esta vida tuya y mía

  • Valfré Saavedra
  • 17 jul 2017
  • 2 Min. de lectura

Me parece un sueño.

Ahora entiendo el porqué siempre me he ido, ahora entiendo porqué abandono los lugares, los rincones, las casas, le gente que me lo recuerda y que me hacen volver a pensar, y no me escondo pero tampoco quiero ser encontrado y detesto las coincidencias en lugares que alguna vez fueron nuestros y me es difícil saludar a los amigos con los que conviví junto contigo y me pesan las canciones, las películas y también los alimentos. Y entonces cierro los ojos y sueño con él, y yo sueño con él, con él y con todo lo que juntos hicimos, las cosas que dijimos y las cosas que compartimos; la cama, la mesa, la cobija, un té, un resfriado, el cansancio, una mentira, otro ser, dos más y dos más, y el café de las mañanas.

Y brindamos juntos, bebimos vinos, champaña, tequilas y mezcales, y cervezas, whiskys y hasta pulques, porque tú y yo además de hacer el amor hacíamos otras cosas juntos.

Pero me fui porque ya no sabía cómo quererte, cómo entenderte, cómo no enfadarme con tus indiferencias, simplemente se terminó mi entendimiento y mi voluntad y ya no podía servir a lo que ya no me alimentaba. Y aunque han habido buenos días, tardes agradables y noches divertidas no todo es gloria y alegría. A veces lloro como si me hubiera caído, y es que así fue, me caí de nuestra cama, de nuestra casa y de la que era nuestra vida. Lloro porque algo se rompió en mí, me rompí la cabeza, los brazos y solo me quedaron las piernas para irme pero también a ellas les fue difícil abandonarte.

Ahora entiendo porque el día que me fui fue la noche más negra, la más triste, ahora entiendo porque cuando me fui y cuando me dejaste llovió una semana entera e hizo más frío como nunca antes y desde esa noche sueño con él. Lo que antes no.

Hay un perro marrón que juntos quisimos tener y que pronto también se tuvo que ir, y aquí anda conmigo alegrándome el día, cuidando mis sueños, resguardando mi cama, y cuando me oye llorar se queda callado y se acurruca conmigo; y yo deseo que no fuera éste perro mi único amigo porque extraño mucho tu compañía. También a él ya lo haz olvidado.

Ha sido un verano caluroso pero yo solamente he sentido el frío y un cansancio pesado. Fue mi lucha estar contigo y si no fuera porqué he tatuado tu nombre en mi piel yo pensaría que fuiste un sueño y ha sido imposible no echarte de menos; tal como te lo dije 'te he extrañado demasiado' y a veces sueño contigo buscándome, tirando los rencores y fijando nuevos sueños, pero son solo sueños, tú eres un sueño y nada más. Y nos sueño juntos cruzando mares prohibidos, y se me rompe la voz cada vez que recuerdo haberlos cruzado contigo.

Y sueño con él aunque no quiera y sueño con él aunque no debiera


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


© 2017 by Valfré Saavedra. Proudly created with Wix.com

bottom of page