top of page

En Veracruz conocimos a "La bestia"

  • Valfré Saavedra
  • 2 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

Ahí andaba yo, enamorado de tu sonrisa y de tu voz. Con tu sonrisa desarmabas mis negaciones y con tu voz me convencías a seguirte por los rumbos, por los caminos y por el tiempo. Por enamorado que te seguí a todos lados y fue por enamorado que nunca tuve un "no" para ti. Ahí anduve contigo, para arriba y para abajo, explicándote todo, traduciendo para ti, explicando para ti, entendiendo tus enredos y aclarando malos entendidos.

Fue en Veracruz que aprendiste a decir groserías, porque en Veracruz así se habla la gente, con puras mentadas y a puras señas. Fue ahí que mientras comías chiliatole en un restaurantito sobre la playa de arena negra te enchilaste y te enseñé a comer sal para aminorar el ardor por el picor, pero fue ahí mismo que te hiciste de un amigo que te dijo "si serás pendejo pinche güero gringo si por algo se llama chileatole ni modo que sepa dulce". Porque en Veracruz la gente es mal hablada cuando es amable y en la costa lo es aún más.

Por tu enchilada y por tu amigo nos enteramos que en Xalapa al chileatole lo preparan con pollo y chile chipotle. En Orizaba es de color verde y con chito, una carne seca muy típica en la región. El rojo se hace con guajillo, serrano seco y camarón; y te dije que mi abuela lo prepara con chile verde con trozos de elote y un poco de azúcar, porque en Guerrero de donde ella es, así le enseñaro.

También quisiste ir conocer a "La Patrona", un poblado del municipio de Amatlán de los Reyes, a unos pocos kilómetros de Córdoba, Veracruz, porque ahí un grupo de mujeres desde hace más de dos décadas apoyan a los migrantes centroamericanos que van en "búsqueda de oportunidades" transportándose en La Bestia la cual cruza de México a los Estados Unidos. Algunas veces los indocumentados se bajan del ferrocarril para descansar unos días en los albergues de las "Las Patronas"; estás son mujeres que dan alimento y ropa a los arriesgados hombres y adolescentes que pasan por la zona.

¿Cuántas mujeres regordetas, amables y risueñas nos trataron con esmero y afecto aquí? Conocimos a Leonila y sus hijas y a muchas otras mujeres; y a todas ellas las quisiste abrazar porque ya habías escuchado de su labor en algún documental o reportaje. Y es que tú siempre fuiste defensor de las mujeres, de sus derechos y libertades y al ver a "Las Patronas" ayudando a los indocumentados, considerados como criminales y ladrones por el resto del poblado, te conmovió tanto que quisiste ayudar. Por eso un día nos quedamos a escuchar el silvido del tren, esperando ver pasar a la bestia para darles comida y ropa a los ilegales, a esos hijos e hijas de alguien, esposos y esposas, padres y madres, o algo de alguien, unos muy jovencitos y otros más maduros pero todos ellos con la misma idea.

Fue ahí que te descubrí más amable, más humano, más sensible, más conmovido y más feliz porque ayudar te hizo feliz, porque ser parte de algo te hizo feliz, porque hacer algo más por los demás siempre te hizo ser mejor persona y yo por eso te amé.


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Commentaires


© 2017 by Valfré Saavedra. Proudly created with Wix.com

bottom of page