Te juro que recé.

"No se trata de pedirle al cielo esperando que se cumpla el deseo. No se trata de pedirle a las estrellas que hagan lo suyo. Mucho menos pedirle a un santo que cumpla el milagro; no. Yo te debí pedir. Yo debí pedirte que me cuidaras"

De todos los deseo que lancé al cielo o que le pedí a una estrella fugaz deseando encontrar el amor, olvidé por completo pedir cómo quería que fuera ese amor, y lo único que hoy sé, es que el cielo no es un adivino y que las estrellas son solamente fugaces.

Uno pide esperando las cosas más simples; lo de encimita, lo más fácil de lo que se enamora un cualquiera de un cual sea.

Así es fue mi deseo:

"Por favor, por favor, te pido con el corazón que pronto me hagas el favor de darme lo que hoy te pido. Hoy te pido..."

Y así fue mi rezo:

"Que si me escuchas te pido a ti que estás en el cielo, le lleves mi amor y que pronto me traiga consuelo, que de amor me muero por tenerle, que de amor le quiero. A ti que estás más cerca de quien amo, te pido que le des mi cariño y se convenza que yo soy quien más le espera"

Me acuerdo haber estado en el último piso de mi casa viendo los estrellas fijas en una noche oscura y estrellada, y de pronto vi pasar a una fugaz, y le pedí un amor que me amara; y yo creo que cerré los ojos porque con los ojos cerrados te amé. Y la estrellada me la llevé yo contigo y no la noche.

Cuando de amor comencé a sufrir me acerqué más a lo que cualquier cuerdo o jodido recurriría: a San Antonio.

A San Antonio, santo de los desesperados, de los apuros y perdidas materiales, se le reza cuando uno siente que se lo lleva la jodida. Él restablece en las parejas la paz, concede la reconciliación y la armonía... Pero yo que sentía que mi amor por ti se perdía, le recé esperando resolviera en mí poder amarte nuevamente, y no porque tú me fueras a dejar.

San Antonio te pido que quites de mi mente

todas las dudas, angustias, celos y reproches

que hacen que me aleje cada vez mas de él,

haz que recuerde todo lo bueno,

todo el amor que nos unió en otros momentos

y que me olvide de los motivos que me están alejando,

haz que no se pierda el verdadero amor

que no hace tanto existía entre los dos; (más en mí).

Tú qué consigues que las cosas perdidas sean halladas,

haz que recupere a...

Pero es que rezarle a los santos es lo mismo que rezarle a las estrellas.

Cuando me cansé de esperar el milagro, te busqué por todos lados para hablarte, para decirte lo que sucedía. Antes no hubo santo que concediera el milagro y ni tú quisiste escuchar lo que yo decía. Ni con tristeza ni con lágrimas entendiste lo que yo sentía; tú igual que las estrellas no se detuvieron a escuchar mi oración.