Así esperaba que lo fueras
- Valfré Saavedra
- 8 oct 2019
- 2 Min. de lectura
¿De dónde me dijiste que eras? Me dijiste que eras de un lugar lejano, de otro continente, pero yo no te creí, porque tú eras de otro mundo o de un cuento o mejor aún, casi de un sueño.
Tú eras de las calles de polvo y tierra, de piedra, de pavimento y asfalto, a veces secas, a veces de barro y a veces de agua, llenas de gente o vacías también, con fiesta o verbena popular, de días de vendimia y tianguis dominical, con música de viento, de bandas y mariachi.
Tú eras del papel picado, de colores llamativos, vivos y encendidos, de papel natural de los magueyes que envuelven la carne y preservan los sabores y que resguardan los amores. Eras el papel de la corteza de los árboles en la que se pintan momentos de una historia; en realidad eras el papel de una vida que quería vivir contigo siendo perfecto, siendo hermoso, siendo ideal, siendo tuyo, para ti y por ti. Eras el papel de un juramento el cual quería firmar.
Le dije a las estrellas, le dije a los caracoles, le dije a la arena y también al mar que yo te cuidaría por el tiempo que pudiera respirar. Le dije además, a todos los de la corte celestial, que aunque no fuera creyente por ti iba a rezar. Me dije hasta el convencimiento que siempre en ti iba confiar. Hablé con mi mente y mi corazón, hable con el pasado y con todos pude acordar que siempre dejaría que ganaras por encima de los demás.
Eras alimento de mi vida, el agua para mi sed, el amor que respetaba y el dolor que podía comprender. Tú eras demasiado pedir para alguien tan celo que sólo te quería para sí mismo.
¿De dónde me dijiste que eras? ¿Y adónde querías llegar? Aún sino respondieras, yo te creí tus promesas, tus frases y cantares, yo te creí que de cien palmeras sólo una es especial, porque cerca al mar todas parecen igual. Te creí que así eras porque así esperaba que lo fueras.

ma egoísta como la mía que sólo pa
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