La suerte y tú

¿Y si me agarro de ti?

¿Y si te tomo de la mano a la distancia y me fugo contigo en un sueño inventado en el que somos el uno para el otro, en el que soy perfecto, en el que mi humor, mi comedia, mi forma de ser es compatible contigo y que además de eso, eso es lo que buscabas: un hombre con mi sentido del humor e ironía que no se peina sino debe, que hace preguntas extrañas y se ríe de todo más cuando está nervioso por algo serio? ¿Es esta una pregunta larga de responder? ¡Tú dime! Quizás es una pregunta extensa, pero la respuesta es breve, es solo "sí" y ya. Un "sí" y nos vamos volando como Aladdín y Jazmín. Saltamos juntos del balcón y nos embargamos a una aventura descubriendo un mundo ideal, tú junto a mí. Me das tu mano y confiamos uno del otro y te digo quién soy, lo que sueño, lo que quiero, lo que espero y por lo que sonrío y por lo que lloro. Yo te digo cuánto quieras saber pero también cuanto no quiero perder.

Si me agarro de ti es para andarme a volar, lo haré con lo inesperado de tu llegada y mi necesidad inmediata de soñar, de imaginar, de volver a sentir y ser lo que antes, lo que una vez sentí y me gustó. Pero no porque seas lo primero... es contigo porque contigo me volví a sentir como quería sentirme. Porque me devolviste de pronto e inesperadamente la alegría, el amor adolescente, de fantasía, ese que pareciera increíble, y los más increíble es que fue inesperado, como supone debe ser todo lo que no es planeado.

Me diste una ilusión que ocupó mi atención, una que liberó a mi imaginación y espíritu de un encierro emocional. Llegaste para ocupar el vacío de años en fracciones de un minuto. ¿Eres así de genial o es mi necesidad la que construye un ideal acerca de ti? ¿Qué hay con tus manías? ¿Acaso tienes un ritual al despertar o quizás los domingos, de esos que debes hacer para sentirte bien? ¿Tienes un fanatismo que raye al borde de lo absurdo? ¿Crees en las predicciones de los horóscopos o lo que dicen de los gatos negros o los viernes trece o la sal cuando se derrama sobre la mesa o darla de mano en mano? ¿Sacas maletas de paseo el 31 de diciembre o usas calzones amarillos o rojos o azules o negros la última noche del año? ¿Cierras por lo menos tres veces la puerta con llave? ¡Dime!

¿Cierras la tapa de la pasta dental? ¿Bajas la tapa del inodoro? ¿Sabes que los vasos no deben quedarse sobre la mesa después de usados? ¿Cuántos tonos de azul puedes distinguir? ¿Sabes cuál es el papel higiénico para tener en el baño? ¿Distingues un aguacate para comer "hoy" a uno que es para comer "mañana"? ¿Cocinas? ¿Distingues los diferentes tipos de cuellos que hay para una camisa? ¿Lavas, planchas, sacudes?

¿y en realidad sabes "qué le pasa a Lupita"?

¿Qué quieres de mí? ¿Qué estás buscando? ¿Hacerte feliz por un momento cuando menos lo eres? ¿Querer a alguien igual que tú, que siente lo mismo que tú? ¿Qué soy para ti?

Tengo muchas preguntas pero las que más importan por ahora para mí son aquellas que me cuenten quién eres, ¿qué te hace sonreír?, ¿qué te hace enfurecer?, ¿cuál es tu sueño más grande?, ¿en dónde naciste?, ¿a dónde quieres ir?, ¿qué te da miedo?, ¿qué te da calma?, ¿cómo concilias el sueño?, ¿en qué prefieres creer?, ¿quieres tener familia?, ¿cómo te gusta que te toquen?, ¿cuál es tu cita perfecta?, ¿qué canción te conmueve?, ¿te gusta que te abracen?, ¿en dónde prefieres los besos?, ¿cómo sientes más placer? o ¿qué calzón usaste la última noche de diciembre? o ¿qué pediste mientras comías uvas al son de las campanadas de algún reloj?... Porque yo sin darme cuenta y sin saber me puse calzones rosas y pedí doce veces amor, uva tras uva. Hoy sé que el rosa es romance y amor. Quizás no me equivoqué y todo se lo dejé a la suerte. Y ahora tú. Tú y la suerte. La suerte y tú.