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Un puto día

  • Foto del escritor: Valfré Saavedra
    Valfré Saavedra
  • 15 jul 2022
  • 3 Min. de lectura

Un día seré libre de ti y de tu recuerdo, de tus olores de pelo, de boca, de axila e ingles y de pies. Un día seré libre de ti, seré libre de “vos” y de “vosotros”, un día seré.


Un día podré soñar sin soñar contigo y despertaré tranquilo sabiendo que fue un sueño y no un ideal. Un día encontraré el amor de mi día, de mí año y de mí vida y tú no existirás más y serás menos, menos que el cero y menos que nada y menos que menos. Un día serás menos para mí aunque te eche de menos.


Un día despertaré resuelto, resuelto de la vida. Un día mis problemas se acabarán cuando sepa que estás triste, marchito, deambulando, en el fondo de un vaso, incomprendido por todos los “Santos” y por tus amigos ganados, por aquellos en los que tanto confiaste y te mandaron al olvido porque les hartaste con tanto dolor que sufrías. Un día habrás sufrido lo suficiente que no querrás hablar con nadie, no dirás nada, no confiaras en nadie ni querrás querer y mucho menos amar. Un día estarás lleno de cansancio y fastidio que pelearas con todo, con la gente, contigo, con el mundo y tendrás que aprender a pedir perdón por lo imbécil que fuiste, que eres y serás: porque lo serás.





Un día seré libre de mis deseos de verte fracasar en cada paso tuyo, un día se detendrán tus labios y no van a sonreír, un día nada te hará reír, un día el cigarro te sabrá a mierda y así lo fumarás. Un día apestarás tan fuerte y tan desagradable que todos te creerán muerto. Un día de los brazos te colgará la piel gorda y flácida como a tu madre y la panza de tu padre se reflejará en todos los espejos en los que te mires, un día te abandonará la firmeza de la piel de tal manera que asustará a los jóvenes tus muslos vencidos; serán tus piernas entonces como un saco de semillas con los que se divierten los jóvenes hippies pateando o los sacos de semillas calientes que se ponen en el vientre las mujeres cuando no soportan la menstruación. Un día tendrás el cuerpo que tanto deseaste no tener. Un día la juventud te abandonará y nada de lo que hiciste “para ser feliz” habrá funcionado.


Un día por fin la suerte que te bendijo te cobrará por lo desgraciado que fue tu actuar. Un día la estrella que creíste alumbraba tu destino explotará. Habrá entonces de matar todo, de extinguir todo y quedarás solo, sólo soñando conmigo, sintiendo el odio, el ardor, el dolor; yo seré tu estrella muerta en la que habrás de girar penando… Pero no te daré nada más que muerte, tristeza y llanto. Por fin habrás de llorar, rogar, suplicar, rezar, jurar, confesar; yo que estaré muerto nunca te perdonaré, y penaremos los dos.


Un día te arrastraré a mi miseria, a mi amor incondicional, al que te ama y te odia, al que espera que te abandonen y sufras. Mi amor que te espera con los brazos abiertos y la lengua afilada para hacerte sangrar con todas las palabras con las que deseo azotarte, con todos mis desprecios guardados y mis caricias frustradas. Te va a doler pero será merecido. Mi dolor será tu merecido, mi amor hiriente será de amor merecido para ti, sólo tuyo, sólo para ti mi vida.


Un día llegarás con el cabello cenizo, sin las alas con las que creíste dominar los vientos, llegarás confuso, lleno de dudas y no tendrás ni una sola respuesta. Vivirás en la incertidumbre y no verás ni el día ni la noche, tampoco sabrás de salado o dulce, sólo de ácido y ebullición. Tendrás mi fatiga como pan de cada día y mi orín como vino y agua caliente y te alimentarás de mi piel muerta como lo hacen los ácaros y beberás mi sangré como sanguijuela; por fin chuparas de mí la mierda que dejaste dentro de mi ser y con ella te habrás de satisfacer e inflamar, y después llorarás pero querrás más… siempre querrás más, como un adicto y morirás obeso e infectado y volverás a vivir del grillete que te encadena a mí, yo seré tu vientre y te gestaré y otra vez serás mi sanguijuela que estará destinada a morir comiéndome.


Un día te vas a podrir tanto como yo… aunque yo esté muerto… muerto reiré.


O quizás algún puto día te olvide y ya.


 
 
 

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